El gran escritor J. M. COETZEE, al que tanto admiro y del que soy lectora, ha estado en Madrid paseándose por el Museo del Prado, dispuesto a transmitir con palabras el arte pictórico (si es que se puede) de alguna o varias de sus geniales obras, o quizá escriba de lo que ha sentido y le ha trasmitido todo el Prado.
Desde que fui por primera vez al museo me impactó la obra: El paso de la laguna Estígia, de Joachim Patinir . Quizá por mis pocos años imaginé muchas cosas al ver aquella tabla, pequeña, con una potente laguna turquesa y la figura de Caronte, que tanto miedo me dio. Desde entonces, siempre que vuelvo allí le hago una visita recordando esa primera vez, ahora con ojos y perspectiva diferentes. Y con el paso de de mi tiempo, con la idea de Écfrasis, hice este poema dedicado a ese cuadro tan maravilloso:
EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA (óleo sobre tabla, 1520-1524 del pintor flamenco Joachim Patinir)
El Enigma apenas se desborda en el horizonte de una tabla colorista atrás queda el mundo sus bellezas sus horrores. En el margen izquierdo el rio de la vida atraviesa el Paraíso árboles y ángeles idealizan el paisaje hasta el templo de cristal tocando las nubes el pecado -inmortal- acecha escondido en el margen derecho entre pájaros, árboles y un túnel sin retorno una figura infernal -condenada a devorar cuerpos- se protege de las inclemencias bulle el horror cotidiano de la guerra el fuego del Averno consume las ilusiones. Uniendo las orillas la laguna turquesa -pecio de sueños rotos- en la que avanza la barca sin que el peso del alma que transporta haga zozobrar su apacible huida mientras Caronte crece al calor de la moneda del eterno peaje. De mi poemario: RACHEADO www.soplaralcierzo.com