El tiempo de la narración arranca en enero de 1975, un año trascendente en la historia de España y para la vida de los protagonistas de esta historia. Unos personajes que viven en una lucha personal por mantener los recuerdos que les devuelvan a un tiempo y a una patria de la que tuvieron que huir.  

El año avanza y con él, el devenir de los acontecimientos en las vidas de Germán, Aurelia, Colette… Pero hay conflictos que sólo el paso del tiempo permitirá levantar la losa de silencio y olvido que los aplasta, y así provocar un giro inesperado en la narración, que concluye con un epílogo sorprendente y esclarecedor.

En ESTELAS, SUEÑOS Y BUHARDILLAS, los personajes hablan de sus anhelos, de sus frustraciones, de sus amores, de sus secretos… Recuerdan. Y en ese recordar sustentan un presente no siempre deseado y amable.

La novela es una ficción de vida cotidiana desde esas buhardillas, donde el narrador construye un emotivo retrato humano de enorme realismo poético, con el exilio de fondo. No es una novela de perdedores, a pesar de que lo fueron, es la historia personal, y en cierto modo colectiva, de aquellos que aspiran a un futuro mejor. De aquellos que sueñan con la utopía de un mundo más justo.

ESTELAS, SUEÑOS Y BUHARDILLAS  es, por encima de todo, una obra de exilio, en el caso de los protagonistas españoles del que vivieron al traspasar la frontera al acabar la Guerra Civil de 1936.

La portada del libro es de la pintora madrileña Anny Foret.