A mi padre
I
Abril avanza
empapado de verdes y cantos de mirlo
clarea
bajo el azul
tras los aguaceros que embarran la tierra
que la fecundan.
¿Volverán los jilgueros?
II
Otra vez abril
y el impulso
de coser con palabras
los rotos de la memoria,
contar sin caer en el almíbar
como esas moscas
que tanto se nos parecen.
III
El zureo de las palomas
sesga la tarde
al recordar aquel 14 del 31
cuando hiciste tuya la ciudad
desde un camión
con la tricolor al viento
juguete de trapo para el niño que fuiste.
IV
Hubo más primaveras
no tan felices
hasta aquel 14 –otra vez abril–
el de la boda
con brillos de charol
y horizonte compartido.
¿Volverán los jilgueros?
V
Amabas la tierra, los pájaros,
y desmigar el pan
cada tarde
a la misma hora
acudían a cientos.
No saben por qué
han desaparecido.
VI
El canto de la lechuza
acompaña tu noche,
has estado ausente
diez años
de tu casa, de tu jardín
del banquete del pan.
Se cansaron de esperarte.
VII
Ahora que has vuelto –otro 14 de abril–
bajo el rosal
a la sombra del granado
tal vez regresen
tu paciencia es infinita
mientras la savia renace
en la trastienda agridulce del recuerdo.
De mi poemario: RACHEADO